martes, 6 de noviembre de 2007

Opiniones de hoy martes

18º) Margarita Negueruela
Hola, soy Marga y desde luego la iniciativa me parece estupenda. La llevo siguiendo desde hace más de dos años y me parece loable reclamar que se regle el estudio de lo que hoy puede parecer algo lejano, distante y raro para muchos.Pero al igual que la Alquimia dio paso a la Química, el Chamanismo a la Medicina o la Astrología a la Astronomía, la parasicolofía debería de ser el paso a unos estudios que dieran cabida a cosas que desconocemos hoy en día.


Muchas de esas cosas, como la hipnosis, el PES, etc sería genial que tuvieran un baremo y unas reglas para su estudio y no que cada cual fuese a su aire. Además no sería el primer paso en reconocerlo como estudio titulado. Adelante y ya sabéis que contáis con todo mi apoyo.


Margarita Negueruela



19º) Manuel Luis Tatje


CIENCIA

La verdad es que todos estos temas tan ligados a la “psique”, y a otros conceptos que la “ciencia ortodoxa” tiene y mantiene como únicos, son difíciles de ensamblar de una manera “oficial” que difiera a lo aceptado por la misma. Y la “clave” a mi modo de ver está ahí: es decir, que se permita de una forma reconocida que estos “conocimientos” se puedan impartir en Colegios y Universidades, con sus peculiaridades, que no deberían ser necesariamente, las aceptadas “arbitrariamente” por un tribunal u “oficialidad académica”. Y no cabria nombrar a todo este cartapacio de materias “paraciencias” en razón de no alcanzar el “nivel académico” impuesto por la “oficialidad”. Con decir CIENCIAS a secas, o a lo sumo “esotéricas” sin que este término tenga que ser peyorativo (como algunos se han empeñado en convertirlo), seria suficiente para englobar todo tipo de fenomenologías, antropología, psicología, filosofía, artes, espiritualidad y otras, aun cuando, repito, sea en un sentido paralelo, alternativo o distinto a las tesis generalmente aceptadas por las ortodoxia y, porqué no, conviviendo también con esta a la vez.

Sin embargo, todo esto, me parece que no va a ser posible vistos los criterios reinantes en la “seriedad” de las aulas y que el “libre pensamiento” va a seguir brillando por su ausencia de forma concreta e indefinida al mismo tiempo. Y por tanto, los “parapsicólogos” van a seguir siendo la comidilla de los escépticos y racionalistas por antonomasia, si es que algunos de ellos “no se han vuelto ya” asimismo “escépticos” aunque sólo sea de fachada. Cuando no, van a seguir siendo mirados por encima del hombro con una fina y compasiva sonrisa, desde las cátedras y púlpitos del conocimiento universitario “aceptado”.
Quizás este debate interese a los que “ejercen” de parapsicólogos, más que nada, para conseguir un rango social de justicia, equiparado a las otras carreras, doctorados, diplomaturas, etc. Desde este punto de vista encuentro justa la demanda de un equiparamiento “profesional” y abandonar así las filas de la marginalidad a la que están relegados.

A parte de lo expuesto, mi punto de vista es que lo que da respuesta fehaciente a la mayoría de temas tratados por la llamada “parapsicología” emana de “otras ciencias” desarrolladas primeramente con el nombre de “ocultismo” (llamado así por la nula permisividad de muchas de las sociedades de cada momento) más actualmente conocidas y tratadas por distintos grupos que las han preservado como el teosofismo, gnosticismo, espiritualismo, rosacrucismo y que no difieren tanto unas de otras.
Evidentemente no estoy hablando de religiones. Más bien se trata de estudios muy profundos y muy antiguos, que dan cuenta de una antropología “distinta” a la convencional o “dada por buena”, y en donde se describe un Hombre físico, psíquico y mental con unas posibilidades de crecimiento (interior y exterior) ilimitadas, (cosa que, obviamente no gusta a los más poderosos). Eso, tampoco es el “sectarismo” con que algunos han pretendido ensuciar el CONOCIMIENTO del que hablo, sino algo que toda la Humanidad tiene derecho a conocer.

De ahí que este debate, por lo que a mi respecta, quizás estaría mal planteado. Para mí el término “parapsicológico”, con todos los respetos, no es afortunado. Hay que hablar de ciencia al completo, porque “todo” es ciencia, aun usando “otras” herramientas, y “otros” laboratorios, y “otros” sistemas de estudio y comprensión de los fenómenos, muchos de los cuales, no pueden reproducirse a capricho entre los alambiques de un laboratorio, y no por eso dejan de existir, de estar ahí, diciéndonos algo que puede ser muy importante. Es ciencia para ir desarrollando. Es apertura de mente y de espíritu. Y el Alma humana está aquí mostrando el camino de la cuarta dimensión desde un ayer que se pierde en la noche de los tiempos, aunque los matemáticos la hayan encontrado a través de sus ecuaciones. Muchas más cosas son ciencia, no sólo lo que consideran algunos.

Sigo, desde hace años – y hoy más que nunca – los fenómenos lumínicos que se suceden en Montserrat desde hace milenios. Hoy siguen como ayer aunque el “mensaje” que se desprende, sin duda, es el que corresponde a nuestros días, a nuestras circunstancias, a las personas que allí acudimos con un afán de búsqueda y también con buenas dosis de aprendida humildad. Las “luces” que se desplazan en Montserrat son inteligentes porqué conectan con los presentes a un nivel psíquico. Según lo que se pregunta o se comenta, si lo creen oportuno, las “luces” actúan pausadas, fulminantes, con una velocidad increíble y se detienen “ipso facto” ante el pasmo general. Los consabidos meteoros o meteoritos jamás actúan así. Ha habido verdaderas “demostraciones” (si es que puede calificarse de eso) en la explanada que se ha hecho popular a través ya de muchos años y con convocatoria permanente y libre todos los onces de cada mes y junto a quién coordina dichos encuentros desde el principio: Luís José Grífol.
Los ortodoxos no se lo creen, pero más que no creérselo es la cerrazón de “no querer VERLO”. Cuando algo sucede, uno tiene que “descubrirse” ante la evidencia aunque no pueda o no sepa dar razón de ello: Ahí radica la humildad y la apertura de mente. Lo que sin duda falta a los sectores mas cerrados de la Ciencia.


20º) José Ruesga Montiel



José Ruesga Montiel

Suscribo casi al completo lo que dice mi amigo Manuel Carballal, el secreto está en la actitud del que investiga y la ciencia no es rechazable porque no admita las cuestiones de fe, eterno dilema en el campo del estudio de las anomalías. Hay que hacer un esfuerzo notable por subir el nivel de los investigadores y aplicar el método científico, cuando no el sentido común, aunque a veces a la ciencia no le baste sólo la utilización de este último. Los avances científicos llegan después de muchas hipótesis erróneas, de muchos ensayos y de hacer confluir muchos y diversos puntos de vista sobre una misma cuestión. No creo acertado pedir la aceptación de las paraciencias en el ámbito académico, hay que trabajar con seriedad para que los mismos resultados de las investigaciones demuestren que el contenido de las paraciencias debe ocupar un lugar en los estamentos académicos. El actual enfrentamiento viene de otras cuestiones menos honestas y académicas, del uso y abuso de la buena fe de las gentes, eso lo demuestra el que existan miles de de tesis, tesinas y trabajos de investigación referidos a muchos de los aspectos de las paraciencias y realizados en el ámbito académico que, paradójicamente, la mayoría de investigadores en este campo desconocen. Por otra parte no olvidemos que la aceptación de algunas de las verdades hoy admitidas por la ciencia, costó muchos años de investigación y esfuerzo. No aceleremos las cosas y pongamos más empeño en mejorar nuestro modo de hacer investigación, seguramente eso ayudará a mejorar los resultados y los tiempos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No estoy para nada de acuerdo con lo que dice Ruesga. Si lo que quiere es que sigamos en el siglo XIX, más atrasados que la leche es el camino a seguir, pero tenemos que ir hacia adelante y si esto que se plantea en el blog es viable y factible habría que apoyarlo al máximo